
-¿Cómo se fraguó esta peripecia de pasar a la interpretación?
-He hecho mis pinitos, pero no se han visto. Antes de 'OT' salí en la serie 'Mediterráneo', de Telecinco. En Puerto Rico también rodé una película para la televisión. Lo llevo dentro, pero con los discos y las galas no tenía tiempo de pensar en la interpretación. Tampoco me habían ofrecido nada, así que esta oportunidad me ha venido como anillo al dedo.
-¿Y la música?
-La discográfica quería grabar un nuevo disco, y mi mánager también. Tú sabes lo que les interesa a ellos ¿no? Quieren vender, pero no me sentía inspirada, no sabía qué tipo de música grabar. Y justo entonces surgió la serie, en la que además voy a cantar.
-¿Aprietan mucho los tornillos en las discográficas?
-Una discográfica es una empresa y tiene que producir. Si no tienes disco nuevo, no hay galas. Es complicado porque nosotros somos artistas, no un mero producto. La discográfica lo ha entendido y no me han puesto problemas.
-¿Con qué soñaba de niña?
-Con ser una artista completísima. Veía en la televisión a una muchacha presentando un programa y quería hacer lo mismo. Soñaba con que me hicieran fotos, protagonizar una novela. También me gustaba cantar... Terminé el COU y decidí no hacer ninguna carrera para dedicarme a esto.
-¿Ni siquiera se preparó para cantar ni para interpretar?
-No. Todo ha sido muy rápido. Empecé a estudiar canto, pero enseguida me presenté a pruebas. Estuve a punto de entrar en 'Al salir de clase' y no pude por mi acento andaluz. Pero pronto surgió 'OT'.
«Pagar la hipoteca»
-Se ha criticado el uso de los concursantes, exprimidos para luego aparcarlos como juguetes rotos.
-Íbamos a un concurso de televisión y éramos conejillos de indias. Yo fui a 'OT' para darme a conocer. Me parece normal que nos explotaran, porque todos queríamos sacar beneficio del programa. ¿Cómo me sentí? Una vez fuera, después de estar trotando de un lado a otro, me di cuenta de que no miraban por ti sino por ellos, y me molestó. Pero entré en el programa con todas sus consecuencias.
-Ahora se incorpora a una serie que habla de la Guerra Civil y la represión franquista. ¿Qué sabe de todo aquel conflicto?
-Poquito, para qué voy a engañar. Mi personaje, Loli, es una huérfana de guerra que ha tenido muy mala vida y ahora está viviendo con su tía, que es alcohólica y se prostituye para poder vivir. Loli admira mucho a Lola Flores. ¿Qué idea tengo yo de Franco? Hombre, demasiado dictador, ¿no? ¿De la República? En temas de política, no me meto. Sé que acabada la guerra hubo muchos secuestros y matanzas, pero me estoy dando cuenta ahora, al estudiar la serie.
-¿Hacia dónde quiere encauzar su futuro profesional?
-A la música y a la interpretación. Tengo que pagar mi hipoteca y mis cosas. Ojalá pudiera vender 700.000 copias con la música, pero el sector está muy mal. Me tengo que buscar las habichuelas, y si tengo la posibilidad de interpretar, lo haré. Si me contratan es porque lo hago bien, no por mi cara bonita. No me han dado nada gratis