sábado, 3 de agosto de 2002

La brisa malagueña llegó a Madrid

La brisa malagueña llegó a Madrid - Cadena 100

Las puertas del Teatro Alcázar todavía permanecían cerradas y frente a ellas una multitud gritaba enloquecida. Aún restaba casi una hora para el comienzo del concierto y las gargantas ya estaban calientes. " ¡ Guapa, guapa ! " o " ¡ Nuria Fergó, eres la mejor ! " eran los gritos de guerra de una muchedumbre que esperaba impaciente a ver sobre el escenario a su ídolo. Nuria Fergó, la Fergó, llegaba a Madrid por primera vez en solitario y la 100 no podía faltar. La celebración era doble. Ella asistía a nuestro cumpleaños y nosotros a su debut en la capital. La noche prometía

Todo artista tiene sus incondicionales. Los incondicionales son un público muy determinado. Siguen al cantante allá por donde van; pasan horas en la cola esperando a que empiece el concierto; aplauden, gritan y corean las canciones; son capaces de esperar el tiempo que haga falta para ver a su ídolo una vez concluido el recital y sobre todo, los incondicionales son aquellos que siempre van a estar ahí. Nuria Fergó es de esos artistas, de esos pocos cantantes, cuyo público está formado en un altísimo porcentaje por incondicionales. Ser fan de Nuria Fergó es como ser socio de un equipo de fútbol; cada domingo hay que acudir al campo a animar a tu equipo, cada concierto hay que estar allí para animar a la Fergó. Sí, a la Fergó, porque Nuria Fergó es para sus seguidores la Fergó.

Al margen de fenómenos mediáticos y televisivos es evidente que el tirón de la malagueña va mucho más allá. Nuria Fergó tiene una personalidad propia que conecta a las mil maravillas con un determinado espectro del público. Sus aires aflamencados, su dulce voz y ese halo de chica triunfadora - léase con doble sentido - convierten a esta joven en la nieta, la hija, la sobrina, la hermana, la novia que a todo el mundo le gustaría tener.

Nuria actuaba por segunda vez en un gran teatro en lo que era su presentación en Madrid. Hasta el momento la gira de Operación Triunfo le había hecho compartir escenario con todos sus compañeros. Los dos conciertos que Rosa, Chenoa, Bisbal y compañía dieron en Madrid - a los que Cadena 100 te invitó a asistir - fueron un éxito. Pero ahora era ella, Nuria Fergó, la Fergó la que se enfrentaba a su debut en la capital. Los temas de Brisa de Esperanza compartieron protagonismo con algunos de los éxitos que la malagueña interpretó en la Academia. Daba igual, el público coreaba tanto unos como otros.

La receta a seguir para alcanzar el triunfo Nuria ya la conoce pero ahora es momento de ponerla en práctica para conseguir el reconocimiento como artista. Los ingredientes, tal y como nos demostró en el Teatro Alcázar, los tiene. Dulzura, simpatía, voz y un público que la apoya y confía en ella. Lo único que tiene que hacer es convertir su brisa de esperanza en un huracán de realidad.